Mateo Martínez, médico y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), fue invitado a armar la tapa de LA GACETA en “Paren las rotativas”, uno de los segmentos de “Panorama Tucumano”. Martínez diagramó una portada, según su criterio, a la edición de hoy y mantuvo una charla con los periodistas Federico van Mameren y Matías Auad, en la que hizo referencia al impacto que genera la pandemia en la formación de nuevos profesionales y el rol de los jóvenes en este contexto del país. El profesional eligió cuatro títulos en la redacción del diario. “Habrá menos médicos y más problemas de salud” y “Entre la desazón ciudadana y los juegos de poder”, fueron los que se destacaron. También incluyó en la tapa ficticia del diario dos títulos más: “El programa de vacunación avanza hacia los más jóvenes” y “Reina en la juventud la incertidumbre”.
-. ¿Cuándo tendremos más problemas y menos médicos?
Hay un problema de fondo que se relaciona con el impacto que generó la pandemia y las restricciones en la educación superior que está generando que durante 2020 y 2021, Argentina dejará de graduar alrededor de 7.000 médicos y tenemos una presunción similar para enfermería y kinesiología. Por lo tanto, en el momento donde la sociedad está necesitando más trabajadores calificados de la salud, las facultades estamos en complicaciones para formarlos porque el campo de batalla de la lucha anticovid es nuestro campo formativo y siempre hay que privilegiar la salud de las personas sobre los procesos formativos. Este es el problema central y creemos que un punto esto confluirá e impactará de lleno en el primer nivel de atención. Es un fenómeno mundial que en el país estamos analizando las 23 facultades.
En estos momentos hay dificultades para remplazar a profesionales que se retiraron, se enfermaron o se agotaron. Y ahora nos reuniremos los 23 decanos para hacer las propuestas consecuentes a la Secretaría de Políticas Universitarias y al Ministerio de Salud de Nación.
-. ¿Por qué hay desazón?
En diálogo con amigos, familiares y alumnos siento que reina la desazón colectiva y eso hace difícil mirar la línea de futuro. Esa angustia y ese descontento hoy se traducen en la cantidad de ciudadanos que no se acercaron a votar y eso significa que ni siquiera el ejercicio del poder del voto me genera la esperanza de que algo cambie. Como contrapartida sigue el juego de tensiones entre las personas que tienen el poder. Creo que toda la clase política está involucrada en juegos de poder, a mucha distancia de lo que siente y piensa la gente común. Y me refiero a la oposición como al partido que gobierna. Y todos los que tienen poder de decisión deben hacerse cargo que cuando más poder tienen también tienen más responsabilidades. Ellos tienen que generar consensos.